¿Qué podemos aprender en cinco minutos de las lecturas esta mañana? Primero, vemos que Cristo se les apareció a los discípulos al atardecer--es decir, "en la oscuridad." Frecuentemente en los momentos de "oscuridad," los momentos de dificultades o de tribulaciones, es cuando tenemos un "sentido" de la presencia y la cercanía de Dios en nuestra vida. Miremos la vida de los discípulos en ese momento: estaban cerrados en la sala--con las puertas cerradas y las ventanas cubiertas. La Escritura nos dice que tenían miedo de sus vidas. Estaban escondidos. Cristo entra en medio de su miedo, lo cual es, también, su "oscuridad," y por medio de este contexto aprendemos que Cristo se presenta en cada situación de temor en la vida de sus discípulos. Somos, nosotros, los discípulos de Cristo, y Él está presente en medio de nuestro miedo, también.
Y su presencia trae una calma (la paz que Cristo les expresó a los discípulos), y esta paz contiene un poder--el poder del perdón. La paz que Cristo trae a nuestras vidas nos da la fortaleza de quitarnos de los resentimientos que hemos llevado como un tesoro torturado, y dar perdón a los que nos han ofendido. Quizás no queremos poner confianza en ellos otra vez, pero al menos, no tenemos que llevar en nuestras almas el peso del odio. Podemos estar listos para librarnos de la energía mala pero primero es necesario dejar la memoria mala de cosas en el pasado--cosas que, en el primer lugar, no podemos cambiar.
El poder de la misericordia es interesante. Es dinámico. Como con la facilidad cuando le da un catarro a uno, también, después de perdonarle a otra persona, la otra persona también tiene el deseo de pedir perdón de los que él mismo había ofendido.
En este evangelio tenemos el "secreto" de una vida sana y llena de significado.
Nos dice que el discípulo de Cristo tiene que ser experto en el perdón, en la misericordia. Pues, ¿Cómo se sienten ustedes? ¿Se sienten como "expertos" en la misericordia? Pero, eso es lo que Cristo quiere que nosotros lleguemos a ser.
Y, hoy es la Fiesta de la Divina Misericordia, una fiesta promulgada por el Papa Juan Pablo II. Nos recuerda de la compasión y misericordia de Dios por nosotros. Pero a la vez, nos recuerda que recibimos la misericordia de Dios por medio de perdonarles a los que nos han maltratado a nosotros. Como la oración que Cristo nos dio: Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Hoy es la fiesta de misericordia, recemos para la fuerza interior de ser personas perdonadas y personas que perdonan. Y que ¡Dios los bendiga a todos! +