sábado, 11 de julio de 2009

12 de julio de 2009, XV domingo del tiempo ordinario

La primera lectura cuenta sobre el rechazo del Profeta Amós, por parte del sacerdote del templo de Samaria. Hoy día, el profeta Amós sería un "liberal de primera." Así que si "liberal" no es una buena palabra ustedes, no lean al profeta Amós. De hecho, hay bastante de la Biblia que no pueden leer. Por otra parte, la Biblia también puede ser un texto cerrado. Sin embargo, la Biblia no trata sobre formar ideologías, y hay muchos que buscan su propia política, y así lo elijen.
 
Bueno, Amós había condenado al rey de Israel por tener una economía sumamente exitosa y por negar al pobre. En cuanto el PNB subió, cortaron la red de protección por debajo de los pobres para ahorrarse dinero. Le llamaron rendimiento. Amós le llamó un crimen que lloraba a los cielos, y le recordó al rey que "¡el llanto de los pobres atravesará las nubes!" Bueno, las élites en poder de ese tiempo no estaban felices con el mensaje, así como el congreso no lo estaría hoy en día. ¡Así que el sacerdote corrió a Amós del templo diciéndole que huya por su vida!
 
Lo que el coleccionista quería decir con estas palabras del profeta era esto: Dios se preocupa bastante con quienes están luchando para sobrevivir… sea la pobreza económica, la pobreza espiritual, o la pobreza psicológica, o la pobreza emocional… A Dios siempre lo encuentran al borde de la pobreza… en los desiertos de nuestras vidas, y si el templo (es decir la religión oficial) no está para actuar por parte de Dios, Dios encontrará otras maneras para que veamos su amor y su apoyo.
¡Éste es un gran desafío para la Iglesia en cualquier tiempo!
 
Después en la lectura del Evangelio, Jesús envía a sus seguidores más religiosos. A los Doce, quienes estaban más marginados en su sociedad. En el tiempo de Jesús, la mayoría de la gente era pobre. Toda la clase campesina, cuya clase muchos historiadores dicen que Jesús perteneció, vivían casi con nada. Siempre tenían hambre, siempre eran pobres, y no había ninguna salida. PERO, entre todos, habían algunos que vivían en peores situaciones ya que se creía que estaban poseídos por el mal.
 
Dios envió a sus seguidores religiosos— en la pobreza total– sin nada con qué comer, nada con qué tomar, con nada para comprar algo en emergencia. Envió a sus seguidores como símbolo de la pobreza– unos mendigos para evangelizar a quienes se creían ser malos… dejándoles saber que todos los demás los podrían odiar, pero que Dios los amaba. A estos marginados les traían una paz sanadora al aceptarlos y a su amor. El amor corre al mal. El amor invita a la reconciliación. Los discípulos aprendieron el milagro… no es el dinero, el poder, ni la posición social, ni el poder, etc. los que transforman situaciones feas. Sino que es el amor sencillo. No tenían "papeles" para ensañar quiénes eran. En vez, llegaron sin nada, sólo con su bastón… ¡Ni tenían COMIDA! Sólo con su regalo interior… el regalo de aceptación que se les acababa de dar… que lo tenían que compartir, y cuando lo compartían, el milagro ocurría, y el mal acabó con el mal.
 
Éstas son enseñanzas espirituales poderosas. Les recuerda que Dios está desesperadamente preocupado por tu pobreza… y uno de nosotros tenemos la nuestra. Y Dios busca encontrarte ahí con su amor abundante. Y también aprendemos que si queremos ser personas que ayudan a transformar nuestro mundo y hacerlo un lugar mejor. El amor hace que la gente cambie. Otras estrategias osifican a la gente, y los dejan sin ningún cambio, y muchas veces hasta peor de lo que estaban.

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